Mounas, mi versión

miércoles, 13 de julio de 2011 1 comentarios


Estos bollos dulces llegan desde África del norte, concretamente Argel, una de las zonas con las mejores naranjas del mundo, además de Valencia y el campo de mi abuelo.
Estos bollos unen la naranja al característico sabor del Agua de Azahar y a esto añadir que la receta llega directa desde el libro PAN de la chapata al centeno de Linda Collister.

Este el resultado del segundo intento ya que en el primero no vi que tenía que añadir agua y trate de levar la masa con el agua de azahar (era evidente que algo fallaba) luego le añadí el agua tibia pero ya era tarde. El resultado fueron una especie de piedra desagradable con sabor a naranja.



















Ingredientes:

450g de harina de fuerza
1 cucharada de sal marina
150g de azúcar blanquilla
25g de levadura fresca
125ml de agua tibia
2 huevos medianos batidos
La rayadura de una naranja
3 cucharada de aceite de oliva
2 cucharadas de agua de azahar

huevo batido para glasear
azúcar en polvo


















Elaboración:

Colocamos la harina, el azúcar en grano y la sal en un bol grande, mezclamos, haremos un hueco en el centro donde desmenuzaremos la levadura y se disolverá con los 125ml de agua, importante, iremos añadiendo la harina que necesitemos pero no toda para obtener una masa densa. Llegados a este punto tapamos con un paño húmedo y dejamos reposar 20 minutos para que la levadura se desperece y forma una masa esponjosa.

Añadimos el resto de la harina, el huevo, la rayadura de naranja y el agua de azahar. Mezclamos bien y pasamos la mesa de trabajo. Amasaremos bien durante 10 minutos, si la masa queda pegajosa añadid más harina.

Cogemos dos trozos de papel vegetal y dos bolsas herméticas grandes. Formamos 12 bolas iguales con la masa, metemos en la bolsa la hinchamos y dejamos levar durante una hora alejada de corrientes.

Pasado este tiempo pincelamos las masas con huevo batido y mientras tanto precalentamos el horno a 200º.

Horneamos durante unos 15 minutos hasta que estén dorados los bollos y al sacarlos del horno espolvoreamos con azúcar en polvo.

Se recomienda consumir el mismo día, con café son una delicia.

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